domingo, 31 de mayo de 2009

Flan de requesón



Otra vez oros. Pero prometo que con este postre cierro la racha edulcorada. Hasta próximo aviso.

Mi madre cuenta que, de chica, cuando iba a ver a la tía Ilu, la mujer ponía el pueblo patas arriba buscando una cabra paría y un dueño de una cabra paría con stock de requesón. Porque ese manjar humilde era una de las pocas cosas que le gustaban a la ñaca raquítica.

Y aunque mi madre nunca fue de dulce, cuando el otro día este flan salió bien casi por sorpresa, se despachó a gusto con él y con su memoria dormida. Le gustó muchismo.

Flan de requesón

250 gr de requesón
1 vaso (de agua) de leche entera
1 vaso (de agua) de azúcar
3 huevos medianos

Para el caramelo:
5 cucharadas soperas de azúcar

Echar las 5 cucharadas soperas de azúcar en un molde de aluminio de unos 25 cm de diámetro. Poner el molde directamente en la hornilla, a fuego lento, moviendo de vez en cuando hasta que el azúcar se convierta en caramelo, líquido y de color tostado (cuidado que en un momento pasa de tostado a negro zahíno).

Mientras el molde y el caramelo pierden temperatura, mezclar con una batidora el resto de ingredientes: el requesón, la leche, el azúcar y los huevos. Verter la mezcla sobre el molde caramelizado.

Meter al baño maría al horno precalentado a 180ºC. Estará listo en unos 35 minutos. En el último cuarto de hora de cocción, cubrir si es necesario la superficie del flan con papel de aluminio para que no se reseque demasiado.

Sacar del horno y dejar enfriar aún en su baño maría. Meter al frigo cuando esté tibio, ya sin el agua, y desmoldar antes de servir.

jueves, 14 de mayo de 2009

Pan 2.0.



Bastantes panes después de aquel primero, feotote pero bueno, se hace necesario compartir unas cuantas certezas ahora avaladas empíricamente. A saber:

1. La receta primera admite harina integral más o menos refinada y harina de fuerza. De la harina integral menos refinada sale un pan de comuna hippie con cuerpo, muy rico. De la harina de fuerza refinada sale un pan más ligero, delicioso pero algo más perecedero que el anterior. Se puede investigar con distintas harinas y mezclarlas como se quiera. La receta funciona invariablemente siempre que predomine el trigo.

2. No es necesario encender el horno para que suba la masa. Me contó Margaret, mi casera, que para un buen leudado no es importante sólo el calor sino sobre todo la humedad, así que lo que hago es meter el pan al horno, apagado, junto a un cuenco con agua caliente. Si el pan "duerme" junto a una fuente de calor demasiado potente, corremos el riesgo de que después tenga un sabor y un olor a levadura demasiado pronunciado.

3. El aspecto del pan mejora sustancialmente si, antes de hornearlo y hacerle los cortes en la superficie, lo espolvoreamos con harina, acariciándolo para distribuirla bien.

4. El molde no es necesario. Aunque el espíritu de pan de molde de la receta original suele evitar que resulte una corteza especialmente crujiente. Podemos traicionar sensiblemente este espíritu poniendo el horno más fuerte (unos 210-220ºC), lo que requerirá algo más de atención por nuestra parte, pero endurecerá el exterior de la hogaza.

5. Es recomendable hacer a partir de la receta dos panes medianos en lugar de uno enorme.

6. Sólo el calor perfumado que inunda la casa cuando el pan está hecho ya merece todo este trajín.



¿Qué diría Pedro el hornero?

domingo, 3 de mayo de 2009

Pastel de chocolate y naranja


Bob es un profe de francés de mi instituto. Le gusta tanto hacer pasteles como ver al Arsenal. Le gusta tanto Jacques Brel, el cantautor belga sudoroso y conmovedor, como Nigella Lawson, la cocinera británica voluptuosa y multimillonaria.

De vez en cuando, Bob nos trae pasteles con los que cambia el rumbo del día.

El otro día trajo uno parecido a éste. (Bob encaja mi entusiasmo con satisfacción e inmediata eficiencia: dejó la fotocopia de la receta en mi casillero antes de que nos acabáramos el pastel.)

La combinación de la naranja y el cacao era tan extraordinaria y la consistencia del bizcocho tan jugosa y ligera que no he aguantado ni una semana antes de probar suerte. Y los hados estaban de buenas.

·Pastel de chocolate y naranja
(bizcocho de Nigella Lawson y cobertura de Bob)

-para el bizcocho:

una naranja de piel fina de unos 300 gr
6 huevos
1 cucharadica colmada de levadura química (tipo Royal)
1/2 cucharadica de levadura gaseosa
200 gr de almendras molidas
250 gr de azúcar
50 gr de cacao en polvo

-para la cobertura:

125 gr de queso de untar
raspadura de naranja
unas gotas de zumo de naranja
dos cucharadas rasas de azúcar glas

Además de estar muy bueno este pastel es apto para celíacos previa comprobación de que ninguna de las marcas que empleamos -el cacao, el queso, la levadura- incluya gluten. En principio estos productos no tienen por qué llevarlo.

Poner a cocer la naranja entera durante al menos dos horas (yo lo hice el día anterior). Secar y, cuando esté fría, abrirla y retirarle las pepitas para después triturarla entera, piel incluída.

Precalentar el horno a 180ºC.

Añadir a la naranja triturada los huevos, las levaduras, las almendras, el azúcar y el cacao. Cuando la mezcla sea homogénea, verterla en un molde redondo (¡y bastante alto!) de unos 20 cm de diámetro, previamente engrasado. Cocer durante unos 50-55 minutos (o hasta que esté hecho, dependiendo de vuestro horno, pinchar para comprobarlo) vigilando a partir de los primeros 45 minutos, porque quizá sea necesario cubrir el bizcocho con papel de aluminio para que la superficie no se tueste demasiado.

Cuando el bizcocho esté frío, desmoldarlo.

Mezclar el queso de untar con la raspadura de naranja, el azúcar glas y las gotitas de zumo. Con cuidado, extender la mezcla por la superficie del bizcocho. Terminar espolvoreándolo todo con algo más de raspadura de naranja. Comer a temperatura ambiente.