martes, 28 de abril de 2009

Speculaas


Llámalo desarreglo, llámalo guiño a los lectores del hemisferio sur, que los tengo en cantera. El caso es que he hecho galletas de invierno. No sólo de invierno, que igual colaba, porque la primavera es incipiente aún, sino lo que es mucho más difícil de justificar: de Navidad. Pero como tarde más en publicarla voy a perder el papel con la receta y, total, yo siempre fui más cronopio que fama. Así que pelillos a la mar.

Es una galleta especiada que probé por primera vez gracias a la distribución desinteresada de delicias belgas de mi amiga Ana. Junto con las mignonnettes de Côte d'Or y los bombones Leonidas, siempre que puede, Ana trae speculaas. Se comen sobre todo cerca del día 6 de diciembre, cuando San Nicolás visita las casas belgas.

Esta receta es de un libro francés, Biscuits de Thomas Feller, lo que igual es alta traición al espíritu flamenco de la galleta. Pero salieron buenas.

·Speculaas

(para unas 30 galletas)

1 huevo
125 gr de mantequilla a temperatura ambiente
180 gr de harina
125 gr de azúcar moreno
1 cucharadica apenas llena de mezcla de especias quatre épices o mixed-spice (que al menos contenga canela, nuez moscada, jengibre y clavo)
1 cucharadica apenas llena de canela
5 gr de levadura química (Royal u otra)
5 gr de sal fina

Mezclar el azúcar moreno con las especias y la sal. Añadir la mantequilla y el huevo y mezclar de manera homogénea. Añadir la levadura y la harina y volver a mezclar.

Forrar un molde rectangular, de cake, por ejemplo, de papel film y verter la mezcla distribuyéndola bien. Meter al frigo el molde y dejar reposar durante unas 2 horas. La idea es conseguir que la masa se enfríe formando un bloque rectangular, para que luego baste con cortar rebanadas del mismo para formar las galletas. Hacerlo de otro modo es complicarse la vida, porque al poco de salir del frigo, esta masa tan mantequillosa se vuelve imposible de manejar. Para ahorrarnos disgustos podemos incluso meter el molde al congelador 10 minutos antes de utilizar la masa.

En una llanda engrasada, colocar las galletas bien separadas. Meter al horno precalentado a 200ºC durante 10 minutos. Comer una vez frías.

domingo, 26 de abril de 2009

Jiaozi


Contra la crueldad del mes de abril en general y contra el síndrome postvacacional en particular hay pocos antídotos. Pero ayudan, por este orden:

-la hueva de mújol recién importada,

-el sol, que tiene la campiña inglesa aguijoneada de narcisos,

-y las aventuras gastronómicas imposibles.

En la última categoría se incluye atreverse a hacer raviolis chinos de año nuevo. Requieren un trabajo de ídem. También están buenísimos y, como la auténtica comida china, no empachan y son fáciles de digerir. El cerdo agridulce en lodazal de maizena y glutamato monosódico que encontramos a menudo en occidente no es digno de la riquísima tradición culinaria de este país fascinante.

Mi receta está basada en ésta.

· Jiaozi
(para 2 personas con mucha hambre o tres con menos)

Para la masa:
250 gr de harina
135 gr de agua

Para el relleno:
150 gr de magra de cerdo picada
90 gr de col china
unos 40 gr de jengibre fresco
1 diente de ajo
1 cucharadica de salsa de soja
1 cucharadica de aceite de sésamo
sal

Para acompañar:
4 cucharadas de salsa de soja
1 cucharada de aceite de sésamo
1 cucharada de vinagre (yo lo puse de arroz)
1/2 guindilla picada

1. Por un lado, preparamos la masa, mezclando el agua y la harina. Con ayuda de un rodillo, extenderemos la masa en una superficie limpia y enharinada hasta que quede bastante fina (no muchísimo si no queremos tener serios problemas pa formar los jiaozi después). Cortar círculos de unos 12 cm de diámetro e irlos reservando. Siempre tirando de la harina para que no se peguen entre ellos.

Existe la posibilidad de comprar las obleas para hacer los jiaozi ya hechas, en cualquier tienda oriental. Es una buena opción que resta muchísima dificultad a la receta, no porque la masa sea difícil de hacer, que no lo es en absoluto, sino porque las obleas de tienda son mucho más manejables que las caseras y formar los raviolis será menos engorroso.

2. Por otro lado, mezclar todos los ingredientes del relleno. La col debe ir cortada muy finica y el jengibre y el ajo pelados y rallados. Remover bien para que se mezclen los sabores.

3. Ir rellenando los círculos de masa y cerrándolos tal que así:



Esta mujer debe de llevar muchos hechos, porque no es ni por asomo lo fácil que parece. Armaos de paciencia y humedeceos los dedos para sellarlos mejor antes de desfallecer.

4. Una vez formados todos los jiaozi, poner agua en una olla e incorporarlos cuando hierva. Con mucho cuidado de que no se rompan, evitar que se peguen entre sí separándolos con una cuchara de madera. Cuando vuelva a hervir, añadir una tacita de agua fría. Cuando hierva por segunda vez, están listos. Escurrir y servir.

5. Mientras cocían mezclamos los ingredientes de la salsa en la que los mojaremos al comerlos, según nuestro gusto.

(Yo siempre tengo mucha hambre cuando hay que hacer las fotos, así que los jiaozi que encabezan la entrada son los que sobraron, ya embarcaos en un táper, rumbo al almuerzo del día siguiente.)