domingo, 26 de abril de 2009

Jiaozi


Contra la crueldad del mes de abril en general y contra el síndrome postvacacional en particular hay pocos antídotos. Pero ayudan, por este orden:

-la hueva de mújol recién importada,

-el sol, que tiene la campiña inglesa aguijoneada de narcisos,

-y las aventuras gastronómicas imposibles.

En la última categoría se incluye atreverse a hacer raviolis chinos de año nuevo. Requieren un trabajo de ídem. También están buenísimos y, como la auténtica comida china, no empachan y son fáciles de digerir. El cerdo agridulce en lodazal de maizena y glutamato monosódico que encontramos a menudo en occidente no es digno de la riquísima tradición culinaria de este país fascinante.

Mi receta está basada en ésta.

· Jiaozi
(para 2 personas con mucha hambre o tres con menos)

Para la masa:
250 gr de harina
135 gr de agua

Para el relleno:
150 gr de magra de cerdo picada
90 gr de col china
unos 40 gr de jengibre fresco
1 diente de ajo
1 cucharadica de salsa de soja
1 cucharadica de aceite de sésamo
sal

Para acompañar:
4 cucharadas de salsa de soja
1 cucharada de aceite de sésamo
1 cucharada de vinagre (yo lo puse de arroz)
1/2 guindilla picada

1. Por un lado, preparamos la masa, mezclando el agua y la harina. Con ayuda de un rodillo, extenderemos la masa en una superficie limpia y enharinada hasta que quede bastante fina (no muchísimo si no queremos tener serios problemas pa formar los jiaozi después). Cortar círculos de unos 12 cm de diámetro e irlos reservando. Siempre tirando de la harina para que no se peguen entre ellos.

Existe la posibilidad de comprar las obleas para hacer los jiaozi ya hechas, en cualquier tienda oriental. Es una buena opción que resta muchísima dificultad a la receta, no porque la masa sea difícil de hacer, que no lo es en absoluto, sino porque las obleas de tienda son mucho más manejables que las caseras y formar los raviolis será menos engorroso.

2. Por otro lado, mezclar todos los ingredientes del relleno. La col debe ir cortada muy finica y el jengibre y el ajo pelados y rallados. Remover bien para que se mezclen los sabores.

3. Ir rellenando los círculos de masa y cerrándolos tal que así:



Esta mujer debe de llevar muchos hechos, porque no es ni por asomo lo fácil que parece. Armaos de paciencia y humedeceos los dedos para sellarlos mejor antes de desfallecer.

4. Una vez formados todos los jiaozi, poner agua en una olla e incorporarlos cuando hierva. Con mucho cuidado de que no se rompan, evitar que se peguen entre sí separándolos con una cuchara de madera. Cuando vuelva a hervir, añadir una tacita de agua fría. Cuando hierva por segunda vez, están listos. Escurrir y servir.

5. Mientras cocían mezclamos los ingredientes de la salsa en la que los mojaremos al comerlos, según nuestro gusto.

(Yo siempre tengo mucha hambre cuando hay que hacer las fotos, así que los jiaozi que encabezan la entrada son los que sobraron, ya embarcaos en un táper, rumbo al almuerzo del día siguiente.)

2 comentarios:

CRIS dijo...

¿Te has animado con la pasta?Yo lo hice hija mía, qué rollazo, la próxima vez la compro congelada en el supermercado chino.A pesar de todo me las comí y siue mi plato favorito en los japoneses, la combinación de cerdo con el jengibre fresco picante es insuperable. Estoy de acuerdo que sube la mora a cualquiera, aunque caiga un chaparrón de esos de Abril.
Un beso

Ana dijo...

¿Verdad que sí, Cris? Los crumbles de fondo de armario también ayudan, estoy convencida. Qué razón tenía T.S. Elliot...
¡Un abrazo!