De vez en cuando hay ideas felices que consiguen meterse al mundo en el bolsillo, ideas que conquistan a grandes mayorías y se convierten en lugares comunes. Algunas de ellas, no importa lo mucho que las frecuentemos ni lo gastadas que las deje su popularidad, no pierden nunca su valor original. Así ocurre, por ejemplo, con las canciones de los Beatles, con las buenas novelas negras o con la lasaña.
Ésta es ordinaria y deliciosa.
Lasaña
(para 3 personas con buen hambre o 4 con regular)
1 cebolla mediana
1 zanahoria mediana
1 rama de apio mediana
1 diente de ajo
360 gr de carne picada de ternera (o de cerdo y ternera) de buena calidad
1 lata de 500 gr de buen tomate entero en conserva
una cucharadica de azúcar
hierbas provenzales (si tienes unas recién importadas que huelen tan bien que no te puedes resistir a añadirlas)
unas hojas de albahaca fresca
placas de lasaña
unos 300 ml de bechamel
queso parmesano (u otro)
aceite de oliva virgen extra
sal y pimienta
Pelar y partir en trozos muy pequeños la cebolla, la zanahoria y la rama de apio. Echar en una sartén caliente con un par de buenas cucharadas de aceite y el diente de ajo partido en tres o cuatro trozos y dejar sofreír todo a fuego lento.
Cuando la cebolla empiece a estar transparente, añadir la carne picada y subir un poco el fuego. Cuando la carne haya dejado de estar rosa (en unos dos o tres minutos), añadir la lata de tomate, que habremos desmenuzado previamente, y todo su jugo. Incorporar las hierbas secas, el azúcar, la sal y la pimienta y dejar que se haga todo a fuego bajo durante unos veinticinco minutos o hasta que nos parezca que la carne está tierna y el tomate hecho. Añadir entonces las hojas de albahaca fresca.
Mientras, hacer la bechamel. Yo la suelo hacer a ojo, pero hay miles de explicaciones en internet. Para este molde debí de echar a una cazuela a fuego medio, primero, una cucharada de mantequilla con su chorreoncillo de aceite y una buena cucharada de harina. Removí con una varilla hasta mezclar ambas y después añadí, poco a poco y sin dejar de remover, algo más de un vaso y medio de leche. Sal y nuez moscada, dejar que engorde y se acabó.
Con la pseudoboloñesa lista por un lado y la bechamel por el otro, proceder al montaje. Yo esta vez utilicé un molde bastante pequeño pero bien alto. Hacer una primera capa muy sutil, que apenas cubra el fondo, de carne y bechamel mezcladas. Sobre esta capa, disponer una de pasta. Cubrir la pasta con la carne con tomate y sobre ésta, verter otro poco de bechamel, poquita. De nuevo pasta y así hasta agotar existencias. Terminar con bechamel, en más abundancia que en las capas inferiores. Rallar queso parmesano por encima y meter al horno previamente caliente a 180ºC durante una media hora o hasta que esté dorado y huela todo a Little Italy.